En función de la finalidad, podemos valorar con estándares nacionales comúnmente aceptados en nuestro país, o bien emitir informes de valoración conforme a otros estándares internacionales.

Suele ser el destino o finalidad de la valoración la que nos debe indicar si la valoración del activo debe de realizarse bajo estándares nacionales o internacionales (IVS – EVS). Es importante concretar qué tipo de valoración es necesaria con anticipación, debido a que la forma de abordar los trabajos es distinta en cada caso. Las valoraciones realizadas bajo estándares internacionales son recomendables para aquellas operaciones en las que intervengan personas o entidades extranjeras, facilitando así el entendimiento y conformidad de todas las partes intervinientes en la operación que motiva la valoración.

Existen distintos estándares de valoración en el mundo. En España por ejemplo, el mayor porcentaje de valoraciones se realiza atendiendo a las recomendaciones y metodología de la Orden ECO805/2003, si bien existen otras normas, en función de la finalidad y tipología del activo objeto de valoración. Más allá de nuestras fronteras, los estándares más comúnmente aceptados están regulados por dos instituciones. 1. La Royal Institution of Chartered Surveyors (RICS), en línea con las directrices de la International Valuation Standards Committee (IVSC) 2. El Grupo Europeo de Asociaciones de Tasadores (TEGOVA en inglés), que es responsable de la publicación de las Normas Europeas de Valoración (EVS).

En cualquier caso, la finalidad de ambas instituciones es promover la práctica óptima de la valoración por parte de profesionales de todo el mundo, mediante procesos de valoración confiables, transparentes, estandarizados e independientes. Los informes realizados bajo esos estándares facilitan la comparabilidad y homogeneidad de información para operadores cuyo ámbito no se centre en un único país

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